Terapia de pareja en tu idioma

¿Porqué Terapia de Pareja?

Mi interés en la Terapia de pareja surge de mis propias experiencias. De la fascinación que siento por la complejidad de los sentimientos y los mundos interiores de cada uno de nosotros los humanos.

De mi asombro por la movilización interior que supone para cada uno, el encuentro con otra persona a partir de la atracción y del deseo por estar juntos.

Ese encuentro muchas veces inexplicable para la razón y que está claro para el corazón, mediado por el amor mutuo y la expresión del mismo a través de la sexualidad conjunta.

Me parece que las parejas son algo fantástico y me encanta cuando me permiten entrar a su universo.

Una vez allí, nuestro trabajo consiste en investigar qué partes de ambos se encuentran en conflicto y luego a lo largo de nuestro proceso terapéutico, en construir alternativas para re-establecer la comunicación y el flujo del amor entre ambos.

Cuando hablo de partes, me refiero a toda esa complejidad que trae cada uno consigo, lo que cada uno carga en su “mochila”.
Nuestra sabiduría interior, nos lleva a elegir como pareja a la persona que nos puede ayudar a crecer en las áreas en las que aún no nos hemos desarrollado plenamente.

Tu pareja es ese espejo que te permite ver más de ti, de lo que alcanzas a ver por ti mismo.

Si ambos vienen de culturas diferentes, el efecto será aún más poderoso: vas a poder conocer mucho más de tu cultura gracias a tu pareja, de lo que habrías aprendido estando inmersa en ella.

La pareja como la conocemos en nuestro contexto, es un fenómeno relativamente reciente para la historia humana y que aún hoy está poco generalizado. Basta pensar en los muchos grupos sociales alrededor del mundo, en los que la elección de pareja sigue obedeciendo principalmente a razones económicas. En dichos contextos, dos personas se unen para asegurar la reproducción y la subsistencia mutua. Al estar definidos los roles -lo que se espera que haga cada miembro de la pareja- también están definidas las soluciones a los conflictos. Hay poco margen para expresar los propios sentimientos, para la reflexión y la discusión, como manera de conocer al otro y entenderle.

En nuestro contexto socio-cultural, en el cual elegimos a nuestra pareja basados en nuestros sentimientos y en ausencia de una presión extrema y directa por asegurar nuestra supervivencia, el panorama es muy distinto.

Cuando las condiciones externas no definen las expectativas ni las reglas de comportamiento, aumenta exponencialmente la complejidad de la vida interior de la pareja y así mismo, la necesidad por desarrollar una comunicación que esté al nivel de dicha complejidad.

Así mismo surge la necesidad de un espacio para investigar lo que ocurre en ese mundo interior de la pareja y construir puentes entre ambos, para poner la comunicación al mismo nivel de la complejidad de los sentimientos y pensamientos que circulan permanentemente en esa esfera conjunta.

Antiguamente o en contextos como los que mencioné, parecería superflua la idea de hacer una Terapia de Pareja. Hoy en día es una necesidad real, pues las parejas en nuestro contexto no están obligadas por circunstancias externas a quedarse juntas. Se quedan juntas porque la relación y las presencia del otro supone en sí, un aumento en la felicidad y en el bienestar propio. Se quedan juntas porque quieren y no porque les toca.

Cuánto más aumenta nuestra libertad de elección, tanto más aumenta la complejidad de nuestra vida interior y la de nuestras relaciones.